jueves, 18 de diciembre de 2008

La Vida de Dios


La Vida de Dios



Alentar a las personas a tener un encuentro con Dios, no es una acción religiosa.
La Palabra de Dios alentará en la fe y sabremos qué hacer y a quien recurrir en tiempos de dificultad.

Dios derrama bendición sobre los que se han determinado ser bendecidos.

La Vida de Dios debe estar en mi espíritu. Si tengo esa Vida puedo atravezar cualquier inconveniente que se oponga.

A las personas hay que amarlas; y a las cosas hay que usarlas ... no es a la inversa.

Cuando obramos conforme a la Voluntad de Dios, tenemos paz. De lo contrario, andamos como león rugiente.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Intenciones


Intenciones


Cizaña: es mala motivación del corazón.
El Señor pesa nuestras intenciones y jamás será burlado por nuestras actitudes, ni por nuestras palabras.
Por eso no tenemos sed de venganza por los que nos dañan, pero sí esperamos la Justicia de Dios.


El desafío mas grande del cristiano es vivir en integridad; despojarse de viejos y malos hábitos. Es entender que la fuerza de la Palabra de Dios, producirá un pensamiento fuerte; éste a su vez producirá un hábito inamovible que provocará la ruptura de todos los demás.
Por eso el consejo del Señor: “Sed oidores y hacedores de la Palabra de Dios”

jueves, 4 de diciembre de 2008

Para Dios nunca es tarde


Para Dios nunca es tarde


Cada vez que se presenta la “Verdad” la mentira se ofende.
Cuando una luz se enciende, las tinieblas huyen.
El Evangelio no son quejas ni reproches.
El Evangelio son “Buenas Noticias”

El Evangelio no es místico; es acción, es creer, es poder de Dios, es actitudes correctas, es obediencia.


Para el mundo a veces, llegamos tarde.
Pero Dios dice: “aunque esté cerrado, llamen para que se les abra, busquen para encontrar, y pidan para que se les dé.
Dios abre las puertas que el mundo cierra y tiene poder para suplir tu necesidad.

No hay paz sin guerra


No hay paz sin guerra


La guerra mas cruenta es la que se libra en las regiones celestes; guerra espiritual.
En esta guerra no puedo ser neutral, debo luchar y esta lucha comienza en mí.
Debo triunfar en espíritu sobre mí misma primero; debo gobernar sobre emociones, palabras, silencios, sentimientos.
¿Qué gobierno me dará Dios si no puedo gobernar mi corazón?


Si no tengo paz, no puedo hacer la guerra.
Mi guerra espiritual es para traer a mi vida lo que me falta; no es para derrotar al diablo, a éste ya lo venció Jesucristo Nuestro Señor.