jueves, 13 de noviembre de 2008

Deseos


Deseos


Aunque Dios puso los deseos en el corazón y en la mente del hombre, los deseos pueden volverse malos.


Hay acciones inconcebibles en el corazón del hombre, tanto que creamos climas propicios y agradables al diablo.


El hombre tiene naturaleza caída, es propenso al pecado y es de temer, no por lo que hace, sino por lo que es capaz de hacer.


La incredulidad no sale de la cabeza, sale del corazón.
La incredulidad es un pecado y nos condenará para siempre.