Dios se enoja con los que no tienen misericordia
y son incapaces de hacer el bien.
Atras de la soberbia hay un alma que no es recta,
y cuando el alma no es recta se enorgullece y se envanece.
Es por eso que al altivo Dios lo mira de lejos,
pero al humilde lo atiende.
Debo disponer preparar un trono en mi corazón;
no para que "yo" me siente, sino para que el Señor se siente.
El poder de Dios dignifica a las personas sí o sí.
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