viernes, 21 de septiembre de 2012

Su Mano

Su Mano

No siempre lo más grande
y lo más hermoso, es lo mejor.
Dios se regocija con lo que es
bueno, no necesariamente con 
lo que es grande.


Mi necesidad, mi angustia
 o mis lágrimas, no mueven 
La Mano de Dios.
La fe, la confianza, y el esperar
en El, es lo que mueve 
Su Mano a mi favor.

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