jueves, 20 de septiembre de 2007

FELICIDAD

Felicidad, no existe, lo que existe en la vida son momentos felices. Este es un pensamiento del mundo, una convicción mundana. La felicidad que tanto anhelamos y constantemente buscamos en las cosas, en las personas, en los deseos de poseer bienes materiales, debemos pagarla y trabajamos agobiados para poder comprarla.
Pero la felicidad es una condición espiritual. No depende de las circunstancias exteriores. No se obtiene con la educación ni el intelecto. Ninguna facultad del mundo puede limpiar el corazón humano. Por el contrario; sistemas de filosofías comerciales, parecen enseñar que la felicidad del hombre consiste en violar los Mandamientos de Dios. En promover como licito lo que Dios ha prohibido, garantizando los “momentos felices” cuyas consecuencias llevan a razonar que la felicidad no existe, como una premisa verdadera.
Encontrar a Dios es encontrar la felicidad, el gozo es la misma vida de Jesús viviendo en nosotros.
Feliz el hombre que no sigue los consejos de malos, ni va por camino de pecado.
Feliz aquel que ha sido perdonado.
Feliz el hombre que no es mal intencionado y a quien el Señor no acusa de falta.
Felices los que ponen en Dios su confianza.
Felices los pacificadores, felices los mansos, felices los humildes, porque entraran al reino, felices los de corazón limpio porque verán a Dios.

Lidia Gil de Blunno
Basado en el libro “Cuarenta años sin Ti” del mismo autor


Es el testimonio fiel de una
vida transformada.
Un alma entre tantas y
tantas
que han sido dignificadas
por el Evangelio
de Nuestro Señor Jesucristo.
Y que se atrevió a
creerle a Dios
apropiándose de sus promesas.

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